Los alumnos entran al centro, donde todos están reunidos en el patio interior, el balcón que tiene el despacho de la directora se abre y ella se asoma, es una mujer joven, de unos treinta y medios años, de cabello negro y gafas, tiene un gusto sobrio de la moda.
-Bienvenidos al Waseda, esperamos que vuestra estancia aquí sea productiva y carentes, lo máximo posibles de líos. Aquí no estamos para cuidar bebes, esto es un centro educatorio y formativo, sed consientes de vuestros actos y no habrá castigo.
Su cara seria cambia y sonríe como si fuera una mujer risueña.
-Podéis escoger las clases que queráis al día, las mínimas son 6, el resto podéis cogerlas a vuestra discreción, el gimnasio, la piscina y las demás aulas están totalmente disponibles para vosotros. Los clubs de estudiantes estarán abiertos durante todo el día de hoy, sed rápidos para coger el que os guste. Y nada más, para cualquier duda, consultad a vuestros profesores.
La mujer se despide con la mano y vuelve a su despacho. Los alumnos entran en las clases. Allí nadie habla, solo se sientan a esperar a sus profesores, que no tardan en llegar, así como las clases disponibles durante todo el año y los horarios a las que los imparten.